Yo estoy harta de las grandes figuritas de papel, de los que trastean toros de juguete sin piedad; esos animalitos con carácter y pitones retocados, dotados de delicadezas tan grandes como las frágiles rosas sin espinas. Como las rosas más vulgares Qué vergüenza Estoy harta también, de los fabricantes de toritos, de los apoderados que les hablan al oído y de todos los empresarios malvados que se han hecho ricos mediante la estafa, el dolor y la ilusión ajena. Esto me repugna Tampoco soporto a la prensa taurinista, la que crea figuras y mitos, la comprada con las monedas de Judas, esas que no tienen pan ni sal, tan sólo golosinas. Se me hace insoportable escuchar y leer las innumerables tonterías falaces, tan insufribles como grotescas, que salen de sus plumas y sus bocas revestidas de mentirosa sensibilidad Cuánta falsedad
Pero lo que no entiendo es el aficionado hincha; ese que en realidad es “público no común” y va diciendo cosas por ahí, siempre oculto tras el antifaz de aficionado mal puesto sobre su rostro de cera. Se les puede leer en los labios sus ficciones y sus flaquezas, porque ellos no tienen debilidades, tienen sólo calaveras; por eso dan argumentos esqueléticos, hablan siempre de bagatelas y pretenden hacernos olvidar lo esencial. Miran al tendido, en lugar de fijarse lo que ocurre en el albero, escudriñan al aficionado e intentan silenciarlo; no soportan las voces críticas, eso les supera y, como si fueran parte del negocio, aplauden siempre al empresario. Nunca quieren ver lo que ocurre, parecen necesitar que se oculten las realidades bajo el velado y oscuro manto del silencio...Lo necesitan, pero por qué?? No lo comprendo
Todos ellos quieren que se confundan los gustos y los conceptos, con la verdad y el riesgo que supone estar delante de un Toro bravo, relacionan la casta con lo malo, y lo malo, no es para una figura. Han conseguido enredar la belleza con lo “bonito”, e intentan que prevalezca la “figurita” y desaparezca el auténtico Torero. Y al Toro bravo, al Toro bravo de verdad lo consideran casi un demonio, una ruina y, como tal, una bestia que hay que descastar, desarmar, dulcificar, desmochar, menguar… para ser cada vez más y más ricos En fin, que tal vez puedan conseguir que por fin desaparezca. Casi todo lo que nos rodea, en mi opinión, es empresa turbia y gente ataviada de afición que se bate en ridículo duelo No lo entiendo muy bien, pero, la verdad, parece que trabajasen todos ellos juntos Qué gran negocio!!
Menos mal que aún quedan, pocos pero quedan, Ganaderos, Toros y Toreros de verdad La fiesta es, para mí, esa viñeta de miedo que ilustra esta entrada
Me gustaría saber expresar con esas palabras tuyas todo lo que siento. ¡Enhorabuena, Gloria! Dicen que una imagen vale mas que mil palabras, pero eso es porque no han leido las tuyas. Gracias
2 comentarios:
Que viñeta más realista
Yo estoy harta de las grandes figuritas de papel, de los que trastean toros de juguete sin piedad; esos animalitos con carácter y pitones retocados, dotados de delicadezas tan grandes como las frágiles rosas sin espinas. Como las rosas más vulgares
Qué vergüenza
Estoy harta también, de los fabricantes de toritos, de los apoderados que les hablan al oído y de todos los empresarios malvados que se han hecho ricos mediante la estafa, el dolor y la ilusión ajena.
Esto me repugna
Tampoco soporto a la prensa taurinista, la que crea figuras y mitos, la comprada con las monedas de Judas, esas que no tienen pan ni sal, tan sólo golosinas. Se me hace insoportable escuchar y leer las innumerables tonterías falaces, tan insufribles como grotescas, que salen de sus plumas y sus bocas revestidas de mentirosa sensibilidad
Cuánta falsedad
Pero lo que no entiendo es el aficionado hincha; ese que en realidad es “público no común” y va diciendo cosas por ahí, siempre oculto tras el antifaz de aficionado mal puesto sobre su rostro de cera.
Se les puede leer en los labios sus ficciones y sus flaquezas, porque ellos no tienen debilidades, tienen sólo calaveras; por eso dan argumentos esqueléticos, hablan siempre de bagatelas y pretenden hacernos olvidar lo esencial.
Miran al tendido, en lugar de fijarse lo que ocurre en el albero, escudriñan al aficionado e intentan silenciarlo; no soportan las voces críticas, eso les supera y, como si fueran parte del negocio, aplauden siempre al empresario.
Nunca quieren ver lo que ocurre, parecen necesitar que se oculten las realidades bajo el velado y oscuro manto del silencio...Lo necesitan, pero por qué??
No lo comprendo
Todos ellos quieren que se confundan los gustos y los conceptos, con la verdad y el riesgo que supone estar delante de un Toro bravo, relacionan la casta con lo malo, y lo malo, no es para una figura. Han conseguido enredar la belleza con lo “bonito”, e intentan que prevalezca la “figurita” y desaparezca el auténtico Torero.
Y al Toro bravo, al Toro bravo de verdad lo consideran casi un demonio, una ruina y, como tal, una bestia que hay que descastar, desarmar, dulcificar, desmochar, menguar… para ser cada vez más y más ricos
En fin, que tal vez puedan conseguir que por fin desaparezca.
Casi todo lo que nos rodea, en mi opinión, es empresa turbia y gente ataviada de afición que se bate en ridículo duelo
No lo entiendo muy bien, pero, la verdad, parece que trabajasen todos ellos juntos
Qué gran negocio!!
Menos mal que aún quedan, pocos pero quedan, Ganaderos, Toros y Toreros de verdad
La fiesta es, para mí, esa viñeta de miedo que ilustra esta entrada
Gloria
Me gustaría saber expresar con esas palabras tuyas todo lo que siento. ¡Enhorabuena, Gloria!
Dicen que una imagen vale mas que mil palabras, pero eso es porque no han leido las tuyas.
Gracias
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