viernes, 19 de marzo de 2010

El figura y el torito.


El figura y el torito.

Una vez, un torero toreó a un torito en Valencia.
Lo tenía enfrente, citando con el pico y la pierna retrasada, se disponía a pegar pases para luego matar al toro, cuando el torito suplicó:
- Por favor, figura, rey de los toreros, ¡no me mates!
Apenas soy un torito, soy bueno, no tengo ni pitones y me falta casta y bravura.
Si me dejas vivo, algún día podré ayudarte.
El toreo lo miró asombrado y se echó a reír:
- ¿Ayudarme, una cosita tan débil y pequeña como tú? Me das tanta risa que, por esta vez, no te mataré.
Y al final lo dejó ir.No lo mató.
Pasó el tiempo y un día, el figura, rey de los toreros, cayó en una trampa que le habían tendido los empresarios.
Lo pusieron con una de ¨santacoloma¨ y allí quedó su nombre en los carteles, llorando de miedo..
El torito escuchó sus llantos y corrió hasta él.
Entonces, con sus pequeños pitones, empezó a cornear al empresario.
No le hizo mucho daño, puesto que estos, esataban bastante arreglados, no le pudo intimidar tanto como creía, puesto que al embestir se caía, no lo intentó más veces, ya que le faltaba casta y bravura, algo le hacía sentirse mal.
Pero aún así, el empresario, presa del miedo, ya que algunos incluso tienen miedo a este tipo de toritos, decidió quitar al figura de ese cartel y ponerle algo más cómodo.
El torero violvió a sonreir y el torito le hizo un guiño, marchando de allí muy contento.
Ese día, el figura, el rey de los toreros, aprendió que todos, hasta los más débiles y pequeñitos, pueden ayudarnos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ivan, lo has bordao, pero ni haciendolo llegar a cada uno de los protagonistas el texto por burofax se darian por enterados, enhorabuena, mejor imposible. Un saludo. P. García, aficionao.

Anónimo dijo...

Gran artículo Iván pero no te engañes, los que pensamos así somos cuatro gatos. Me temo que, antes de que esto se acabe definitivamente (quizás peque un poco de pesimista), seremos nostros los que dejaremos de asistir a las plazas de puro hastío.

Hace poco una persona muy querida me dijo una cosa que se me ha quedado grabada: "no dejes que te engañen, no te gastes el dinero en ciertas plazas". Me he jurado cumplirlo, podré equivocarme en ciertas ocasiones pero donde crea que no va a haber un espectáculo digno no suelto ni un euro. Con mi dinero no va a comer esta gente.

Ya podemos irnos haciendo con una buen videoteca de lo poquito bueno que se lidia ahora porque la cosa va a ir a peor. Me temo que, dentro de unos añitos, vamos a echar de menos incluso lo que se está lidiando hoy día.

J.Carlos

Amparo Gomar dijo...

Precioso cuento, tan real como la vida misma.

Pilar Fuentes dijo...

Ea pues ahí lo tienen, eso es lo que hay. Ivan eres un fenómeno.

Anónimo dijo...

Auténtico y Fabuloso!!
Iván, cómo me gusta sentir tu frescura. Me has hecho reír porque tu fábula está llena de imágenes tragicómicas muy “reales”, está llena de verdad; también me has hecho sentir ternura, eso es inevitable, aunque mezclada con tristeza y rabia; pero sobre todo, he vuelto a sentir la tremenda fuerza que tiene ante los débiles lo que, a veces, llaman “debilidad”. La fragilidad es otra cosa…
Me encanta!!
Gloria

Unknown dijo...

Ya sabéis que me encanta que disfruten con mis entradas.
Los fabulosos sois los que me leeis, aguantando mis hitorias.
GRACIAS!!!