viernes, 13 de enero de 2012

Aquella tarde del 99. Victorino Martín. Castellón.




El País, Castellón. Edición del lunes, 22 de marzo. ¡Victorino, Victorino!

Apoteosis final con la corrida de Victorino que tuvo que ser aplazada el pasado domingo a causa de la lluvia. Y valió la pena esperar por ver seis toros como ya no se van viendo por esas plazas. Por eso el ganadero fue reclamado a los medios para sacarlo a hombros mientras toda la plaza gritaba ¡Vitorino, Vitorino! Y eso porque el ganadero de Galapagar llevó toros-toros a Castellón que se ha convertido en su segunda casa. Destacó el quinto, Galo de nombre, premiado con vuelta al ruedo.

Pero en general fueron toros bravos, entregados en los caballos; arrancándose desde los medios en el segundo puyazo. Recibiendo duros castigos de los varilargueros y salir sin dar tumbos ni costaladas. Dando, en una palabra, por sí mismos un espectáculo que puso digno colofón a una feria de la Magdalena que en el aspecto ganadero este año fue un fracaso total. También allí hubo toreros. Pero claro unos lo eran más que otros. Así el alicantino Luis Francisco Esplá estuvo técnicamente perfecto en su primero pero frío. Con el capote desplegó un amplio repertorio y dio un recital con las banderillas, que clavó reunido y por los adentros. Luego se fajó con un animal que perdía las manos de tanto humillar. A su segundo le hizo faena larga y tesonera y mereció mejor trato aquel animal franco y que acudía presto al primer toque. Lo trató de matar recibiendo pero erró y allí perdió el trofeo.

Pepín Liria estuvo bullidor, pero sin profundidad ni temple alguno. Todo lo contrario, dio más zapatillazos e hizo más quilómetros que Fermín Cacho. Con el sexto, el murciano sólo compuso la figura y daba el zapatillazo calcando el trasteo anterior. Mató mal, pero es, poco importaba pues Caballero ya había levantado la tarde con el quinto. Un toro que se fue, con encastada bravura y peleando, por dos veces al caballo. El animal atendió al primer toque de la muleta de Caballero que fue dejando que se le escapara muletazo tras muletazo. Planteó la pelea en el tercio y cuando quiso meterlo en faena el vitorino ya mandaba en la arena. Finalmente, todo quedó en una faena más vibrante que de poder y profundidad. A pesar de ello, como cobrase una estocada hasta la gamuza, se le premió con las dos orejas. Antes, a su primero, le hizo faena discreta donde dio algún buen natural pero sin ligar.

2 comentarios:

Diego Cervera Garcia dijo...

Iván:
Pero si es que esta mas claro que el agua, cuando existe el principal protagonista que es el toro, todos vemos un gran espectáculo donde no hay que explicar nada porque el actor principal ya lo dice todo.
Ahora, si hacemos una pequeña reflexión, estamos en un momento de la tauromaquia donde todo son explicaciones, y todo es debido a que el principal protagonista brilla por su ausencia, pero tampoco son de mucho interés los actores secundarios que acompañan el guión...
Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Iván:
Pero Victorino no es Victorino desde hace ya demasiado tiempo. Además nos está haciendo tragar sapos demasiado grandes.
Un saludo