Las Navidades son fechas muy felices y entrañables para reunirnos con nuestros seres queridos, al igual que tristes para mucha gente al recordar a los que ya no están entre nosotros.
Anoche como cada 24 de diciembre, todos esos recuerdos sobrevuelan nuestras mesas repletas de suculentas comidas.
Por un momento me vino a la cabeza la sonrisa de mi abuelo, la mirada de mi abuela, la simpatía de mi tío y entre ellos, el nombre de un torero, José Cubero Yiyo.
Pensaba como sería su cena de nochebuena.
Con sus 46 años, rodeado tal vez de sus niños, de sus padres, de sus hermanos...
Imaginaba ese bonito salón con hermosas cabezas de toros colgadas en las paredes.
Esas vitrinas repletas de trofeos cosechados en las plazas más importantes del mundo.
Y esa tertulia después de cenar en la que el maestro, contaba todas sus vivencias y lo que le costó llegar a ser figura del toreo. Veía en sus ojos ese brillo al recordar la faena del toro de Moreno de la Cova, en Las Ventas.
De repente, el ruido del cristal al hacer un brindis con cava, me hizo volver a la realidad.
Todo lo que yo estaba imaginando, se esfumó.
Desgraciadamente Yiyo hace mucho tiempo que pasó a formar parte de esos seres queridos que echamos de menos.
Pero mientras mi familia seguía de celebración, yo no dudé en apartarme unos minutos y ponerme un video de José, para seguir acordándome un rato más de su persona.
Quiero compartirlo con ustedes ya que estos 12 minutos pueden recordarnos que hay gente que pese a no estar aquí, seguirán en nuestros corazones.
6 comentarios:
Iván:
Demuestras una gran sensibilidad acordándote en unas fechas tan señaladas de un torero como El Yiyo.
Yo anoche estuve viendo la corrida de Victorino Martin en Bilbao, que la mataron Padilla, Bolivar y Urdiales, y madre mía lo que volví a disfrutar con Urdiales.
Iván, volviendo al tema de las navidades pues si, te acuerdas de los seres mas queridos, echas de menos a gente que por ley de vida va faltando, y desgraciadamente a uno muchas veces le invade la tristeza por acordarse de quien no se encuentra entre nosotros. Pero amigo, la vida sigue y esto es un mero tramite que tenemos que pasar….
Un abrazo.
Puff Ivan, se me ha vuelto a encoger el alma. Me acuerdo vagamente de Yiyo ya que era muy pequeño cuando murio, pero si he visto su tauromaquia y tambien recuerdo la cara de mi padre aquel 30 de Agosto.
Es bueno que no nos olvidemos ni de el, ni de todos los toreros (tanto de oro como de plata) que han dejado su vida en el albero.
Un saludo.
Iván:
No te imaginas los temblores que me han dado y me siguen dando por la espalda. En esa calle donde vivió, viví yo cuando me casé y por ese portal, la peña, el parque donde está el monumento, por ahí paso constantemente y mis hijos, a pesar de las veces que lo han visto y han jugado a sus pies, siguen señalándomelo como El Yiyo. Ellos además conocen el parque como el del Yiyo. Yo le conocí, porque era un chaval que se pasaba por el barrio y porque charlaba contigo con toda normalidad y te saludaba y te sonreía cuando le dabas la enhorabuena por algún triunfo reciente. Aquel día en que lo sacaron de su casa para llevarlo a enterrar, yo no quise ir ni a la plaza, ni a la Almudena, ya sabes de mi manía de tragar estas cosas solo. Pero no pude evitar asomarme a la terraza y ver como el cortejo subía por la calle de Alcalá camino de Las Ventas. Fue un torero al principio con el sello de la escuela, muy igual a casi todos, pero él solo dejó paso a su potente personalidad, siempre desde la verdad. Si vienes un día a Madrid, si quieres, te daré un paseo por estos mismos lugares.
Un abrazo
Diego: elegiste buena corrida para disfrutar. GRANDE URDIALES! Por supuesto, hay que seguir "palante"
Marín: Yo tenía 11 años pero me cuerdo como si fuese hoy y JAMÁS lo olvidaré. No hay día que no me acuerde de él.
Enrique: PRECIOSO lo que cuentas y una suerte poder haber visto tan de cerca ea ese torero. Me encantaría ese paseo. Lo apunto.
A todos, gracias!
Muy bonito Iván, la verdad, y muy sentido.
Un fuerte abrazo y Feliz Navidad!!!!
Gracias Naestro FELIZ NAVIDAD para ti también!
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