miércoles, 16 de diciembre de 2009

Corridón con sangre.


Fue la tarde del viernes, 21 de julio del 2000 una tarde de gloria y de sangre; gloria de la cabaña brava, gloria del toro de lidia y gloria de los matadores. Una tarde en la que todos tocaron pelo menos José Luis Moreno, que estaba en el hule mientras su cuadrilla paseaba la oreja. Revelación de Zotoluco, ascenso de Oscar Higares. Y Vitorino Martín en la gloria y en el Olimpo por siempre jamás.
La corrida de los victorinos fue memorable. Si no fuera por las cogidas cabría decir que constituyó un gran espectáculo.
Encastado, codicioso, fijo y haciendo el avión el primer vitorino. Toro para haberle lucido más en el caballo: toro de vuelta al ruedo que la plaza no pidió. El extraordinario juego del resto de la corrida quizá diluya un poco la clase de este vitorino. Zotoluco le cortó una oreja. Y nada que oponer, salvo que debió haberle cortado las dos. En suma, el mexicano cumplió como los buenos. Pudo haber corrido la mano un poco más y alargar más el muletazo. Mas, en definitiva, le echó casta, buenas dosis de temple y de arrojo. Media defectuosa y trasera de la que dobló el bicho.
Descabalgó el cuarto a Efrén Acosta, zarandeó violentamente al caballo, lo rebozó contra el picador que yacía aplastado en el suelo. Verdadera raza de toro bravo, verdadera raza de picador. Cabalgó de nuevo maltrecho y dolorido Efrén Acosta y, en vez de vengarse sanguinario, tiró el palo cuando el vitorino se le arrancó desde los medios: puyazo arriba y soberbio, brazo fuerte. A partir de aquí ya todo estaba a favor de corriente para Zotoluco: el puyazo de Efrén Acosta, las banderillas de Yesteras y de Rodolfo Ramírez. Y por si fuera poco el mexicano hizo un brindis emocionado y torerísimo a su picador. Muletazos emotivos, largos, toreo por bajo, temple de Zotoluco. Le ha cogido el aire a esto de los toros encastados el bravo mexicano, torea con más clase y más enjundia de lo que se podía esperar. Se reconfirmó a sí mismo en el sexto, aprovechando su buena racha y aprovechando la espectacularidad de presencia y de embestida del vitorino: Zotoluco, puritito macho.

3 comentarios:

Pilar Fuentes dijo...

Muy bueno Iván. Curioso, que estaba recreandome en la lectura de tu blog cuando sonó el timbre. Eran las fotos que el amigo Negrozaino extrajo de aquella tarde Valenciana donde José Luis Moreno visitaba el hule, siendo su cuadrilla, como perfectamente redactas, quién paseó el trofeo.
un abrazo amigo.

Anónimo dijo...

Es una crónica asombrosa, llena de alma y de fuerza; está completamente viva!!
Cada día disfruto más y más al leerte.
Gloria

Francisco dijo...

De acuerdo con todo.

Por cierto, no se le ha hecho justicia en este país a un buen torero como es Zotoluco.