sábado, 14 de noviembre de 2009

Toros.¨Diano¨.


A simple vista solo se ve a un novillete, pero ahí estaba el novillo de la temporada.
Carcassonne 22 de agosto de 2009. El sexto Novillo Joaquín Moreno de Silva era el número cinco, ¨Diano¨.
Cuatro o cinco reuniones, podría ser más. Puyas tomadas valientemente. En ese momento no había nada razonable en la plaza de la portátil de Carcasona.No hay nada racional. Nada distinto del Novillo de Joaquín Moreno de Silva, el número cinco, un monumento de casta, sólo en la arena frente a un varilarguero.Abandonados por todas las partes novilleros y cuadrillas refugiándose en los terrenos bajos de la portátil. Una increíble falta de profesionalidad, el comportamiento atroz.
Cinco, seis, siete, tal vez más, ocho de espadas. No se puede contar o hacer una idea real de la ración de hierro recibida por el toro.
Un Picador, sola la plaza, tratando de destruir un torrente de casta.
Posteriormente, el número cinco de Joaquín Moreno de Silva, confirmó su casta, la solidez de su casta en el tercer tercio. Nobles, sin malos gestos, que nunca fueron desarrollando o explotados por Moreno Muñoz al estar superado por los acontecimientos. Eventualmente con un tono menor, lógicamente, pero nunca descompuesto.
El palco, al unísono con las cuadrillas para la ocasión, es decir, lamentable,al no darle la vuelta póstuma reclamada por parte del respetable. Aunque anecdótica e incomprensible decisión en el final. Si esto no es una recompensa por una vuelta, es la desesperación de todo y ya no entiendo nada. Probablemente, el novillo de la temporada.
Novillada, llena de casta y personalidad. Muchas gracias señor ganadero.

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